

CICLO LÍMITE
Título:
Ciclo Límite
Miembros del equipo:
Víctor Fernández Calderón (Ingeniero), Triana Sánchez Hevia (Artista), Raquel Serrano Tafalla (Artista), Rosa María Garrido Arregui (Ingeniera), Emiliano González Herrer (Físico), Rafael Garrido Vílchez (Artista), Javier Alejandro González Borbolla (Artista)
Científico:
Dr. Jaime de Miguel Rodríguez
Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial
Semilla:
IA_12 “Concept Factory”
Técnica:
Impresión sobre vinilo, Generación virtual de imágenes por IA
Medidas:
200 x 200 cm (Pared) 200 x 200 cm (Suelo)
LA VISIÓN DEL COMISARIO SOBRE LA OBRA
Ciclo límite es una fábrica de conceptos que plantea la manera en que estos se generan y se desenvuelven en el conocimiento humano y en la Inteligencia Artificial. La instalación despliega una serie de elementos videográficos, escultóricos, gráficos y sonoros, unidos a un sistema de IA, para reclamar el papel del arte en la formación de los conceptos. Los autores de la obra buscan que el sonido, la imagen, la escritura, etc. no sólo representen conceptos, sino que lleguen a establecerlos. Es cierto que una parte del pensamiento filosófico ha defendido que la materia del arte no son propiamente los conceptos –Deleuze, por ejemplo, hablaba del arte como generador de “perceptos”, una alternativa universalizante a los supuestamente universales conceptos–, y eso a pesar de aceptar el vector conceptual en los avatares del arte moderno y contemporáneo. Pero ¿cuáles son los nuevos retos conceptuales del arte en la era de la Inteligencia Artificial? ¿Qué sucede cuando esos “perceptos” se alían con el aprendizaje y la interpretación de las máquinas?
Estos complejos asuntos son el objeto de esta obra, que pone en conexión las capacidades de producción abstracta de la creatividad y del pensamiento discursivo humanos con los procesos artificiales. El resultado es relevante, porque lo sintético permite elaboraciones y conexiones que no están dadas por la experiencia humana, y permite ampliar así el campo de los conceptos. La experiencia humana aquí la aporta la interacción del espectador de la obra, sólo sobre ella puede la máquina realizar un proceso de abstracción y elaboración, porque los conceptos nacen necesariamente de la experiencia humana.
Los conceptos son producciones instrumentales, pero su generación es compleja. Generalmente, lo primero en formarse son las intuiciones o insights, modos impensados que no llegan a ser representaciones mentales; en las nociones el recurso del pensamiento no posee todavía una forma propia, pero se hace patente a través de perífrasis y circunloquios; los conceptos son construcciones y fórmulas, herramientas con las que explorar campos de sentido; finalmente, las ideas son las articulaciones de los conceptos, obras de la imaginación según Ortega y Gasset. Estos son la forma y los límites de la elaboración conceptual humana. La filosofía, usualmente, atiende a los procesos que legitiman las ideas desde las intuiciones; el arte trata más bien de legitimar las intuiciones remontándose desde las ideas. Ciclo límite se plantea en qué medida ambas direcciones son modificadas por la interacción de la IA.
LA VISIÓN DE LOS CREADORES DE LA OBRA
Desde Ciclo Límite se propone una revisión de los procesos de creación de conceptos mediante una propuesta que resulte interactiva y cercana al espectador, que pasará a situarse en el centro de la obra para cuestionarse por la correspondencia entre imágenes y las palabras.
El diseño de la obra opta por la sencillez, buscando un resultado inmersivo y que apele directamente a la interacción del público con la inteligencia artificial. La obra se compone de dos placas de vinilo de color azul (cubriendo el suelo y la pared) con inscripciones en color blanco, una pantalla y un ordenador donde se implementa el algoritmo de la IA. Sobre el suelo, un gran círculo blanco y un código QR invitan al espectador a tomar parte de la obra. En la pantalla situada sobre la pared, podrán contemplarse las imágenes generadas por la inteligencia artificial como respuesta a la interacción de los espectadores. Además, podrá leerse un breve texto que llama a la reflexión por parte del público. La visualización de las imágenes se produce de forma síncrona a la interacción de los espectadores, quienes podrán escribir distintas palabras o frases por medio de una interfaz web y observar cómo en pocos segundos la inteligencia artificial genera las imágenes que son proyectas la pantalla de la pared.
La idea de la obra es abordar los procesos de creación conceptual, poniendo el foco en los mecanismos de construcción de significado y en la relación entre palabras e imágenes. Los espectadores podrán contemplar cómo las imágenes mentales asociadas a las palabras parecen desmoronarse (o quizás reafirmarse) ante las interpretaciones de la inteligencia artificial, en principio ajena a los convenios lingüísticos comúnmente aceptados. Con cada nueva interacción, la correspondencia entre palabras e imágenes se transforma, en una suerte de retroalimentación cíclica que pareciera no tener límite.