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ASTER-25 – OBRA 06 Malva Marina

malva marina

FICHA TÉCNICA

Title / Título:
Malva Marina
Team members / Miembros del equipo:
Miguel Mendoza Malpartida (ES) artist / artista; Olga Albillos Castillo (ES) artist / artista; Triana Sánchez Hevia (ES) artist / artista; Víctor Fernández Calderón (ES) engineer / ingeniero
Scientist / Científico:
Jorge Tirado Caballero (ES) Neurosurgeon / Neurocirujano
Virgen del Rocío Hospital, Seville (Andalusian Health Service, SNS) / Virgen del Rocío – Virgen Macarena, Sevilla (Servicio Andaluz de Salud, SNS)
Seed / Semilla:
“A prisioner brain: cranial expansion in a chessboard pattern” / “Un cerebro prisionero: la expansión craneal en tablero de ajedrez”
Technique / Técnica:
Reactive electronic installation, sculpture made with PETG and wood / Instalación electrónica reactiva, escultura con PETG y madera
Dimensions / Dimensiones:
120 x 180 x 60 cm

SEMILLA

Los sistemas de derivación ventricular son un procedimiento quirúrgico que se ha utilizado durante décadas para el tratamiento de diversas patologías. Como efecto secundario, pueden provocar que el cráneo se vuelva “pequeño” para las necesidades del paciente. Por eso nos referimos a la desproporción craneoencefálica. En este punto, las estructuras internas del cráneo comienzan a ejercer una gran presión, generando los síntomas descritos anteriormente. La “expansión craneal” proporciona movilidad al cráneo, permitiéndole recuperar armoniosamente el tamaño que necesita el paciente, actuando como una válvula de presión que alivia los síntomas del paciente.

LA VISIÓN DE LOS CREADORES DE LA OBRA

Malva Marina nace de una pregunta latente: ¿cómo hacer visible lo que ha sido condenado al margen? ¿De qué manera vibra y gesticula aquello que duele, que se escurre por los pliegues de la condición humana? La hidrocefalia, trastorno neurológico silenciado, se convierte aquí en dispositivo simbólico: un lugar de cruce entre cuerpo, tecnología y memoria. La obra toma su nombre de Malva Marina Reyes (1934–1943), hija del poeta Pablo Neruda (1904–1973), víctima de una doble violencia: la de su enfermedad y la del desprecio de su propio padre. En ella habita el estigma, la negación, lo que no se dice.

Este proyecto es una ofrenda a su memoria, y a la de tantas otras vidas omitidas por el relato hegemónico. A través de luz, movimiento y código, esas ausencias se hacen ahora presencia. Inspirados por una técnica quirúrgica desarrollada en Sevilla —el llamado tablero de ajedrez— que fragmenta el cráneo para que el cerebro, en su plasticidad infantil, permita fluir de nuevo los líquidos y se adapte mejor al tamaño del cerebro, decidimos traducir ese gesto a un lenguaje cinético.

Nuestra instalación se compone de placas de PETG conectadas a servomotores que, mediante sensores y algoritmos, reaccionan a la presencia del espectador. El cuerpo de la obra, como el cuerpo intervenido, se transforma, pulsa, respira. En ella, buscamos un espacio donde lo orgánico dialogue con lo electrónico y la fragilidad se vuelva forma mediante un desarrollo técnico y conceptual que ha sido completamente colaborativo. Malva Marina no representa, pero si quiere encarnizar el imaginario de aquellos flujos posibles; allí donde la enfermedad inscribe sus marcas invisibles.

LA VISIÓN DEL COMISARIO SOBRE LA OBRA

Esta instalación traza un poderoso paralelismo entre los mecanismos físicos del cerebro y las condiciones psicológicas de la vida humana. Así como un exceso de líquido cefalorraquídeo puede comprimir el cerebro y alterar su funcionamiento, la obra responde dinámicamente a la proximidad humana, transformando al espectador en catalizador y disruptor. Al acercarnos, la estructura se tensa: sus elementos se aceleran, como si buscaran una vía de escape, mientras un sonido agudo y penetrante sugiere un sistema al borde del colapso. Si retrocedemos, la atmósfera cambia: el movimiento se ralentiza y se restaura una sensación de equilibrio frágil.

La obra plantea una pregunta ética y social: ¿hasta qué punto podemos acercarnos a un sistema—biológico o social—antes de volvernos invasivos? También reflexiona sobre los límites del contenedor: ¿qué ocurre cuando la presión interna supera lo que puede sostener?

Pressure State no solo reacciona, siente. Y en ese bucle de retroalimentación, se nos recuerda nuestro impacto y nuestra responsabilidad hacia los espacios, tanto internos como externos, que habitamos.

Con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología – Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades @fecyt_ciencia 

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