Creeping they’re she’d. Air fruit fourth moving saw sixth after dominion male him them fruitful.

Follow us

© 2021-2025. Designed by VLThemes.

ASTER-25 – OBRA 11 El grito invisible

El grito invisible

FICHA TÉCNICA

Title / Título:
The invisible scream / El grito invisible
Team members / Miembros del equipo:
Adèle Brugidou (FR) artist / artista; Irene Quiñonero (ES) artist / artist
Scientist / Científico:
Daniel García González (ES) industrial engineer and Ph.D. from UC3M/University of Oxford / ingeniero industrial y doctor por UC3M/ niversity of Oxford; Clara Gómez Cruz (ES) biomedical engineer, Ph.D. UC3M/Institut Pasteur / ingeniera biomédica, doctora por UC3M/Institut Pasteur; Miguel Fernández de la Torre (ES) neuroscientist, Ph.D. from UAM / neurocientífico, doctor por la UAM
Carlos III University of Madrid / Universidad Carlos III de Madrid
Seed / Semilla:
“The invisible choreographer and the silent cry of the cells” / “El coreógrafo invisible y el grito silencioso de las células”
Technique / Técnica:
Dance performance, installation, video, and photography / Performance de baile, instalación, vídeo y fotografía
Dimensions / Dimensiones:
4′ 300 x 500 x 300 cm

SEMILLA

Esta investigación científica surge de la necesidad de comprender el papel de las variables mecánicas en los procesos biológicos, como la rigidez del entorno celular o las fuerzas que este transmite al sistema biológico cerebral. El coreógrafo invisible es el campo magnético, invisible y capaz de penetrar los tejidos biológicos. El grito silencioso de las células se refiere a las respuestas eléctricas de las células y a la interrupción de la comunicación entre ellas ante una actuación magnetomecánica.

LA VISIÓN DE LOS CREADORES DE LA OBRA

El grito invisible es una performance que habita la frontera entre ciencia y arte, donde el cuerpo traduce en movimiento aquello que ocurre en el interior de nuestras células. Inspirada en una investigación sobre cómo las neuronas reaccionan ante estímulos mecánicos —como un golpe o una inflamación cerebral—, la pieza busca hacer visible lo imperceptible: el impacto físico que altera la comunicación eléctrica entre células, afectando funciones como la memoria, la cognición o la conciencia.

Sobre una tabla, en completa oscuridad, una bailarina con un vestido azul ejecuta un baile de raíz flamenca. Cuatro luces —una en cada mano y en cada pie— dibujan en el aire los impulsos que recorren su cuerpo, como si la danza se convirtiera en un registro vivo de una sinapsis herida. Estas trayectorias lumínicas, captadas en fotografías de larga exposición durante los ensayos, evocan redes neuronales, mapas de señales eléctricas distorsionadas por la violencia invisible de un impacto. La acción avanza desde un pulso sutil, casi íntimo, hasta un sonido ensordecedor que sacude la escena. El cuerpo reacciona con espasmos, tensiones y latidos. La danza no representa, sino que encarna: es materia afectada, vibración transformada en gesto. A través del ritmo, del golpe y del desequilibrio, “El grito invisible” convierte el dolor celular en experiencia estética.

La obra se nutre de referencias como los dibujos de luz de Picasso, el light painting y la expresividad ancestral del flamenco. Desde estos lenguajes visuales y simbólicos, propone una metáfora sensible: traducir la mecánica celular en una imagen poética. En esa traducción, el grito del título no es voz, sino energía que nos atraviesa. El grito invisible es, en última instancia, un intento de materializar lo oculto: del laboratorio al escenario, de la célula al cuerpo, del silencio a la presencia. Un diálogo entre disciplinas que nos recuerda que incluso lo más íntimo y minúsculo puede resonar en lo colectivo y lo humano.

LA VISIÓN DEL COMISARIO SOBRE LA OBRA

Esta obra SciArt ofrece una respuesta poética a la violencia oculta que sufre el cuerpo a nivel celular. Inspirada en investigaciones neurocientíficas sobre los efectos del trauma mecánico en las neuronas, esta performance y la obra fotográfica traducen el dolor microscópico en movimiento, ritmo y luz. A través de una coreografía inspirada en el flamenco, realizada en completa oscuridad, la bailaora se convierte en un canal para fuerzas invisibles—sus extremidades trazan caminos luminosos en el espacio, como señales sinápticas interrumpidas que atraviesan redes neuronales heridas.

No se trata de una mera representación; es la emoción hecha visible. La pieza cuestiona cómo el trauma, indetectable pero profundamente transformador, puede encontrar expresión a través del cuerpo. Reflexiona sobre la naturaleza del sufrimiento cuando carece de marcas externas. Destaca la necesidad de reconocer formas de dolor que escapan al lenguaje o al diagnóstico. Abre un espacio para la empatía y el reconocimiento, recordándonos que las heridas invisibles moldean no sólo a los individuos, sino también a la experiencia colectiva.

 

Con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología – Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades @fecyt_ciencia 

es_ES